Refranes

Lo que pongas en los primeros años de tu vida quedará en ella hasta más allá de la muerte.

¿No es extraño? Los mismos que se ríen de los adivinos se toman en serio a los economistas.

Haz que las contrariedades te alienten y los obstáculos te engrandezcan.

Proteger el gusto es matar el arte.

Nada suena tan estridente a los oídos del autor como el silencio de la crítica.

¡Que paren la Tierra, que yo me bajo !!

Después de lo malo, viene lo bueno.

Odiar a alguien es otorgarle demasiada importancia.

Las heridas de la calumnia se cierran pero quedan las cicatrices.

La mujer celosa en sí no reposa, y al marido siempre le trae afligido.

Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.

Hay que perder la mitad del tiempo, para poder emplear la otra mitad.

Las cifras no mienten, pero los mentirosos también usan cifras.

No hay leyes, ni tradiciones ni reglas que se puedan aplicar universalmente incluyendo ésta.

Cada pueblo tiene el gobierno que se merece.

Si deseas ser un escritor, ¡escribe!

La historia la escriben los vencedores.

Si todo parece estar yendo bien, obviamente has pasado algo por alto.

Si tienes un título universitario puedes estar seguro de una cosa... que tienes un título universitario.

Conclusión es el lugar donde llegaste cansado de pensar.

El que quiera azul celeste, que se acueste.

Deseara yo que los libros se hiciesen para enseñar en vez de eso se escriben para hacer alarde de saber.

Los padres de familia suelen hablar de la nueva generación como si no tuvieran nada que ver con ella.

Lo único bueno de equivocarse es la alegría que produce a los demás.