Confucio

(551 AC-478 AC) Filósofo chino.

Frases célebres

Mejor que el hombre que sabe lo que es justo es el hombre que ama lo justo.

Aquel que gobierna por medio de su excelencia moral puede compararse a la estrella polar, que permanece en su sitio en tanto todas las demás estrellas se inclinan ante ella.

Yo no procuro conocer las preguntas; procuro conocer las respuestas.

Los cautos rara vez se equivocan.

Un erudito que no sea serio no inspirará respeto, y su sabiduría, por lo tanto, carecerá de estabilidad.

El hombre superior es persistente en el camino cierto y no sólo persistente.

El que conoce la verdad no es igual al que la ama.

La virtud no habita en la soledad: debe tener vecinos.

Gobernar es rectificar.

Arréglese al estado como se conduce a la familia, con autoridad, competencia y buen ejemplo.

Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida.

Por muy lejos que el espiritu vaya, nunca irá más lejos que el corazón.

Nunca hagas apuestas. Si sabes que has de ganar, eres un pícaro; y si no lo sabes, eres tonto.

La sabiduría se preocupa de ser lenta en sus discursos y diligente en sus acciones.

Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.

Antes de empezar un viaje de venganza cava dos tumbas.

Quien gobierna a un pueblo dando buen ejemplo se parece a la estrella polar, que permanece inmutable mientras los astros dan vueltas a su alrededor.

No hay cosa más fría que un consejo cuya aplicación sea imposible.

Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí.

El hombre superior piensa siempre en la virtud; el hombre vulgar piensa en la comodidad.

No son las malas hierbas las que ahogan la buena semilla, sino la negligencia del campesino.

El verdadero caballero es el que solo predica lo que practica.

La virtud debe ser común al labrador y al monarca.