Friedrich Nietzsche
(1844-1900) Friedrich Wilhelm Nietzsche. Filosofo alemán.
Frases célebres
En la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre.
Lo que hacemos no es nunca comprendido, y siempre es acogido sólo por los elogios o por la crítica.
¿Es el hombre sólo un fallo de Dios, o Dios sólo un fallo del hombre?.
No se odia mientras se menosprecia. No se odia más que al igual o al superior.
Todos los pozos profundos viven con lentitud sus experiencias: tienen que esperar largo tiempo hasta saber qué fue lo que cayó en su profundidad.
El sexo es una trampa de la naturaleza para no extinguirse.
La esperanza es un estimulante vital muy superior a la suerte.
El matrimonio acaba muchas locuras cortas con una larga estupidez.
La mujer perfecta es un tipo humano superior al varón perfecto, pero también es un ejemplar mucho más raro.
Hay almas esclavizadas que agradecen tanto los favores recibidos que se estrangulan con la cuerda de la gratitud.
Cuando trates con una mujer no olvides el látigo.
Lo que no me mata, me hace más fuerte.
Todo idealismo frente a la necesidad es un engaño.
Sólo comprendemos aquellas preguntas que podemos responder.
Olvida uno su falta después de haberla confesado a otro, pero normalmente el otro no la olvida.
El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro.
El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa.
Negar a Dios será la única forma de salvar el mundo.
La edad de casarse llega mucho antes que la de quererse.
La demencia en el individuo es algo raro; en los grupos, en los partidos, en los pueblos, en las épocas, es la regla.
El gran estilo nace cuando lo bello obtiene la victoria sobre lo enorme.
Dios ha muerto. Parece que lo mataron los hombres.
Nuestro destino ejerce su influencia sobre nosotros incluso cuanto todavía no hemos aprendido su naturaleza; nuestro futuro dicta las leyes de nuestra actualidad.
La sencillez y naturalidad son el supremo y último fin de la cultura.