Goethe

(1749-1832) Johann Wolfgang Goethe. Poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán, contribuyente fundamental del Romanticismo, movimiento al que influyó profundamente. Autor de Fausto y Las penas del joven Werther

Frases célebres

Podrían engendrarse hijos educados si lo estuvieran los padres.

La creencia no es el principio, sino el fin de todo conocimiento.

El talento se desarrolla en lugares tranquilos, el carácter en el tumultuoso curso de la vida.

El que quiera tener razón y habla solo, de seguro logrará su objetivo.

Con el conocimiento se acrecientan las dudas.

Todas las épocas decadentes son subjetivas y por contra todas las épocas de progreso son objetivas.

La existencia dividida por la razón deja siempre un resto.

Los genios son peligrosos para los talentos jóvenes, pues no hacen más que reproducirlos creyendo reproducirse a sí mismo.

Nada hay más terrible que una ignorancia activa.

Si no pretendiéramos saber todo con tanta exactitud puede que conociéramos mejor las cosas.

La belleza es indivisible; el que ha llegado a poseerla, antes de compartirla prefiere anonadarla.

Feliz el que reconoce a tiempo que sus deseos no van de acuerdo con sus facultades.

El aburrimiento es una mala hierba, pero también una especia que hace digerir muchas cosas.

Bueno es tener la alegría en casa y no haber menester de buscarla fuera.

El amor es una cosa ideal; el matrimonio, una cosa real; la confusión de lo real con lo ideal jamás queda impune.

Cierto que en el mundo de los hombres nada hay necesario, excepto el amor.

La fidelidad es el esfuerzo de un alma noble para igualarse a otra más grande que ella.

Los sentimientos delicados que nos dan la vida yacen entumecidos en la mundanal confusión.

Al entrar en sociedad deben cogerse las llaves del corazón y meterlas en el bolsillo; los que las dejan en su sitio son estúpidos.

Las dificultades aumentan conforme se aproxima uno al fin.

Ni aún el genio más grande iría muy allá si tuviera que sacarlo todo de su propio interior.

Todo aquel que aspira al poder ya ha vendido su alma al diablo.

Puedo prometer ser sincero, pero no imparcial.

Las ideas audaces son como piezas de ajedrez. Pueden ser vencidas, pero también pueden iniciar una partida victoriosa.