Victor Hugo

(1802-1885) Novelista francés.

Frases célebres

En el hombre hay una serpiente: el intestino, que tienta, traiciona y castiga.

Una fe: he aquí lo más necesario al hombre. Desgraciado el que no cree en nada.

El genio en la tierra es Dios que se da. Cada vez que aparece una obra maestra, es una distribución de la Divinidad que se hace a los hombres. La obra maestra es una especie de milagro.

El infortunio, el aislamiento, el abandono y la pobreza son campos de batalla que tienen sus héroes.

Tan corta como es la vida, aún la acortamos más por el insensato desperdicio del tiempo.

El pudor es la epidermis del alma.

El que niega el progreso es un impío; el que niega el progreso niega la providencia, pues providencia y progreso son la misma cosa, y el progreso no es más que uno de los nombres humanos del Dios Eterno.

Las mujeres juegan con su belleza como los niños con un cuchillo, y se lastiman.

Salvar la civilización es salvar la vida de un pueblo.

La instrucción primaria obligatoria es el derecho del niño.

Lo bello vale tanto como lo útil.

Los que padecéis porque amáis: amad más todavía; morir de amor es vivir.

El sueño del héroe, es ser grande en todas partes y pequeño al lado de su padre.

La insurreción es el acceso de furor de la verdad. A veces insurrección es resurreción.

Un poeta es un mundo encerrado en un hombre.

La música expresa aquello que no puede decirse con palabras pero no puede permanecer en silencio.

El porvenir está en manos del maestro de escuela.

Cambia de opinión, mantén tus principios; cambia tus hojas, mantén intactas tus raíces.

Nada mejor que el sueño para engendrar el porvenir. La utopía de hoy es carne y hueso mañana.

Intentar, desafiar, persistir, perseverar, ser fiel a sí mismo, pelear a brazo partido con el destino, dejar asombrada a la catástrofe cuando ve qué poco miedo nos da, ora enfrentarse al poder injusto y ora rebelarse contra la victoria ebria, resistir, plantar cara: ése es el ejemplo que necesitan los pueblos y la luz que los electriza.

¿Sabe cuál es mi enfermedad? La utopía. ¿Sabe cuál es la suya? La rutina. La utopía es el porvenir que se esfuerza en nacer. La rutina es el pasado que se obstina en seguir.

El recuerdo es la presencia invisible.

Es una extraña pretensión del hombre querer que el amor conduzca a alguna parte.

El porvenir es mucho más de los corazones que de las mentes. Amar, eso es lo único que puede ocupar y colmar la eternidad. El infinito precisa de lo inagotable.