Carl Gustav Jung
(1875-1961) Psicólogo y psiquiatra suizo.
Frases célebres
Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca.
Lo peor que le puede ocurrir a cualquiera es que se le comprenda por completo.
Todos nacemos originales y morimos copias.
El zapato que va bien a una persona es estrecho para otra: no hay receta de la vida que vaya bien para todos.
Si existiera algo que quisiéramos cambiar en los chicos, en primer lugar deberíamos examinarlo y observar si no es algo que podría ser mejor cambiar en nosotros mismos.
El hombre que no percibe el drama de su propio fin no está en la normalidad sino en la patología, y tendría que tenderse en la camilla y dejarse curar.
El fanatismo es una sobrecompensación de la duda.
Ciencia es el arte de crear ilusiones convenientes, que el necio acepta o disputa, pero de cuyo ingenio goza el estudioso, sin cegarse ante el hecho de que tales ilusiones son otros tantos velos para ocultar las profundas tinieblas de lo insondable.
El hombre sano no tortura a otros, por lo general es el torturado el que se convierte en torturador.
Los niños son educados por lo que hace el adulto y no por lo que dice.
Uno recuerda con aprecio a sus maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos.
Todo ser humano civilizado, por alto que sea su desarrolló consciente, sigue siendo un hombre arcaico en los niveles más profundos de su psique.
Yo no soy lo que me sucedió. Yo soy lo que elegí ser.
Pensar es difícil. Por eso la mayoría de la gente prefiere juzgar.
Conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero, al tocar un alma humana, sea apenas otra alma humana.