Proverbios
El que busca un amigo sin defectos se queda sin amigos.
Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo.
La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?
Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas.
La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía.
Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.
Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación.
La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces.
Si te caes siete veces, levántate ocho.
Las grandes almas tienen voluntades; las débiles tan solo deseos.
Antes de poner en duda el buen juicio de tu mujer, fíjate con quien se ha casado ella.
¡Caer está permitido. Levantarse es obligatorio!.
El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él.
El corazón es un niño: espera lo que desea.
Estaba furioso de no tener zapatos; entonces encontré a un hombre que no tenía píes, y me sentí contento de mi mismo.
Duerme con el pensamiento de la muerte y levántate con el pensamiento de que la vida es corta.
Es una locura amar, a menos de que se ame con locura.
La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.
Las lágrimas derramadas son amargas, pero más amargas son las que no se derraman.
Cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie. Cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta.
Con mis maestros he aprendido mucho; con mis colegas, más; con mis alumnos todavía más.
Es mejor viajar lleno de esperanza que llegar.
Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanzas de volver.
Castiga a los que tienen envidia haciéndoles bien.