Frases sobre la moral
Cuando el relativismo moral se absolutiza en nombre de la tolerancia, los derechos básicos se relativizan y se abre la puerta al totalitarismo.
Con la moral corregimos los errores de nuestros instintos, y con el amor los errores de nuestra moral.
Aquel que no usa su moralidad sino como si fuera su mejor ropaje, estaría mejor desnudo.
La indignación moral no es más que envidia con aureola.
La moral es la ciencia por excelencia; es el arte de vivir bien y de ser dichoso.
Dos cosas llenan el animo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes, cuanto con mas frecuencia y aplicación se ocupa de ellas la reflexión: el cielo estrellado sobre mi y la ley moral en mi.
Hay que ser buenos no para los demás, sino para estar en paz con nosotros mismos.
Un hombre sin ética es una bestia salvaje soltada a este mundo.
El sentido moral es de gran importancia. Cuando desaparece de una nación, toda la estructura social va hacia el derrumbe.
La moral es lo que hace a uno sentirse bien y lo inmoral es lo que hace a uno sentirse mal.
La moral descansa naturalmente en el sentimiento.
El brazo del universo moral es largo, pero se dobla hacia la justicia.
La indigestión es la encargada de predicar la moral al estómago.
El triunfo de un ideal moral se logra por los mismos medios inmorales que cualquier triunfo: la violencia, la mentira, la difamación y la injusticia.
No hay autoridad moral como la del sacrificio.
-Tienen que comprender -decía Ezequiel- que la moral es otra cosa; está por encima de las religiones. La moral es el resultado de aceptar la verdad y la justicia en todas partes del mundo. Porque la verdad y la justicia no tienen fronteras...
Nunca permitas que el sentido de la moral te impida hacer lo que está bien.
Siempre la ética estará en crisis, porque si no está en crisis es que somos demasiado autocomplacientes y pensamos que ya se han realizado todos los ideales, lo cual sería lo más negativo que nos podría ocurrir.
La moral es la regla de las costumbres. Y las costumbres son los hábitos. La moral es, pues, la regla de los hábitos.