Arthur Schopenhauer
(1788-1860) Filósofo alemán.
Frases célebres
Por vida feliz hay que entender siempre "menos desdichada"; es decir, soportable. Y realmente, la vida no se nos ha dado para gozarla, sino para sufrirla, para pagarla.
La rebeldía es la virtud original del hombre.
Un genio es el que es capaz de ver la idea en el fenómeno.
El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el miedo a la soledad.
Desear la inmortalidad es desear la perpetuación de un gran error.
Aunque el mundo contiene muchas cosas decididamente malas, la peor de todas ellas es la sociedad.
Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de oscuridad para brillar.
En la vejez se aprende mejor a esconder los fracasos; en la juventud, a soportarlos.
Todo lo que ocurre, desde lo más grande a lo más chico, ocurre necesariamente.
Nadie es realmente digno de envidia.
Cada nación se burla de las otras y todas tienen razón.
El cambio es la única cosa inmutable.
Todo imbécil execrable, que no tiene en el mundo nada de que pueda enorgullecerse, se refugia en este último recurso, de vanagloriarse de la nación a que pertenece por casualidad.
El honor es la conciencia externa, y la conciencia, el honor interno.
La intuición no es una opinión, es la cosa misma.