Frases sobre las ilusiones
Una ilusión eterna, o por lo menos que renace a menudo en el alma humana, está muy cerca de ser una realidad.
Nuestras ilusiones no tienen límites; probamos mil veces la amargura del cáliz y, sin embargo, volvemos a arrimar nuestros labios a su borde.
El hombre tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que lo sostiene.
La ilusión vale cuando la realidad la toma de la mano.
Prefiero pasar por necio o estúpido, con tal de que mis faltas me den placeres o ilusiones, que ser sabio a rabiar.
Son mis ilusiones infantiles las que todavía me hacen decir si percibo una fisura en la coraza de un hombre: no todo está perdido, hace falta poco para hacer palpitar a ese corazón detenido.
¿La ilusión? Eso cuesta caro. A mí me costó vivir más de lo debido.
El hombre poco claro no puede hacerse ilusiones: o se engaña a sí mismo, o trata de engañar a otros.
Las ilusiones son peligrosas, no tienen defectos.
Era consciente de cuán estéril es una vida sin ilusiones. No existe paz sin esperanza.
Yo creo que la única gran pérdida son las ilusiones, y a veces las certidumbres, por hermosas que sean, no alcanzan a reemplazarlas.
Toda época se nutre de ilusiones, si no, los hombres renunciarían pronto a la vida y ése sería el final del género humano.
—La ilusión no se come —dijo ella.
—No se come, pero alimenta —replicó el coronel.
Hacés mal en ilusionarte, yo estoy lejos de todo. Tan lejos que me da asco.
La ilusión por la vida nos hace soportar la proximidad de la muerte.