William Somerset Maugham
(1874-1965) Escritor británico.
Frases célebres
En su lucha contra el individuo, la sociedad tiene tres armas: ley, opinión publica y conciencia.
Los tres deberes fundamentales de la mujer son ser bonita, ir bien vestida y no contradecir.
Sólo una persona mediocre está siempre en su mejor momento.
Un filósofo es un tipo que sube a una cumbre en busca del sol; encuentra niebla, desciende y explica el magnífico espectáculo que ha visto.
La gente te pide críticas, pero en realidad sólo quiere halagos.
La lectura no da al hombre sabiduría; le da conocimientos.
Para rezar a Dios con devoción no hace falta creer en Dios según los dogmas de ninguna religión.
La gente no busca razones para hacer lo que quiere hacer, busca excusas.
En ocasiones el exceso es estimulante. Evita que con la moderación se adquiera el mortal efecto de un hábito.
Sólo una persona inepta rinde siempre al máximo de sus posibilidades.
La mayoría de las personas abandonan sus vicios sólo cuando les causan molestias.
El valor del dinero es que con él podemos mandar a cualquiera al diablo. Es el sexto sentido que te permite disfrutar de los otros cinco.
El amor platónico es como un revolver que manejamos sin darnos cuenta de que, como está cargado, en cualquier momento puede dispararse.
Adquirir el hábito de la lectura es construirse un refugio contra casi todas las miserias de la vida.
La gran tragedia de la vida no es que los hombres mueran, sino que dejen amar.
No somos las mismas personas que el año pasado, tampoco lo son aquellos a los que amamos. Es extraordinario que, cambiando, podamos seguir amando a alguien que también cambió.
La tradición es un guía, no un carcelero.
A veces el viaje más largo es la distancia entre dos personas.
Sólo los estúpidos dejan que su diversión dependa del mundo exterior.