George Orwell
(1903-1950) Escritor británico.
Frases célebres
La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír.
Pero si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento.
Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros.
Opino que a los cincuenta, cada uno tiene la cara que se merece.
Lo característico de la vida actual no son la inseguridad y la crueldad, sino el desasosiego y la pobreza.
La manera más rápida de finalizar una guerra es perderla.
Ver lo que tenemos delante de nuestras narices requiere una lucha constante.
En una época de engaño universal decir la verdad es un acto revolucionario.
Hasta que no tengan conciencia de su fuerza, no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado, no serán conscientes. Éste es el problema.
Cuando se amaba a alguien, se le amaba por él mismo, y si no había nada más que darle, siempre se le podía dar amor.
Pueden forzarte a decir cualquier cosa, pero no hay manera de que te lo hagan creer. Dentro de ti no pueden entrar nunca.
A la larga, una sociedad jerárquica sólo sería posible basándose en la pobreza y en la ignorancia.
El poder no es un medio, sino un fin en sí mismo.
Es imposible fundar una civilización sobre el miedo, el odio y la crueldad. No perduraría.
El poder no es un medio, Wiston. No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura. [...] El objetivo del poder es el poder.
La libertad es poder decir libremente que dos y dos son cuatro. Si se concede esto, todo lo demás vendrá por sus pasos.
Nada cambiaría mientras el poder siguiera en manos de una minoría privilegiada.
Si quien controla el pasado, controla el futuro, ¿Quien controla el presente, controla el pasado?
La cordura no depende de las estadísticas.
Hemos caído tan bajo que la reformulación de lo obvio es la primera obligación de un hombre inteligente.
Lo importante no es mantenerse vivo sino mantenerse humano.
Toda la propaganda de guerra, todos los gritos y mentiras y odio, provienen invariablemente de gente que no está luchando.
Quizás uno no desea tanto ser amado como ser comprendido.