Honoré de Balzac
(1799-1850) Novelista francés, representante de la llamada novela realista del siglo XIX. Elaboró una obra monumental, La comedia humana, ciclo coherente de varias decenas de novelas cuyo objetivo era describir la sociedad francesa de su tiempo.
Frases célebres
Jamás en la vida encontraréis ternura mejor y más desinteresada que la de vuestra madre.
El anciano es un hombre que ya ha comido y observa cómo comen los demás.
Un efecto esencial de la elegancia es ocultar sus medios.
La resignación es un suicidio cotidiano.
El arte nace en el cerebro y no en el corazón.
El amor no es sólo un sentimiento. Es también un arte.
No existe el hombre que haya podido descubrir el medio de dar un consejo de amigo a una mujer, ni siquiera a la suya.
La ignorancia es la madre de todos los crímenes.
La mediocridad no se imita.
Detrás de cada gran fortuna hay un delito.
Todo poder es una conspiración permanente.
La gloria es un veneno que hay que tomar en pequeñas dosis.
Existen en nosotros varias memorias. El cuerpo y el espíritu tienen cada uno la suya.
Es necesario ser casi un genio para ser un buen marido.
El pudor es una virtud relativa, según se tengan veinte, treinta o cuarenta y cinco años.
El glotón es el sujeto menos estimable de la gastronomía, porque ignora su principio elemental: ¡El arte sublime de masticar!
La gente termina siempre por condenar a los que acusa.
Instruida, la virtud calcula tan bien como el vicio.
El amor crea en la mujer, una mujer nueva; la de la víspera ya no existe al día siguiente.
¿De cuántas infamias se compone un éxito?
El amor aborrece todo lo que no es amor.
El matrimonio debe combatir sin tregua un monstruo que todo lo devora: la costumbre.
¿Es que se acaba de amar alguna vez? Hay gente que ha muerto y que yo siento que aún ama.
El poder no consiste en golpear siempre o con frecuencia, sino en golpear oportunamente.