Marguerite Yourcenar
(1903-1987) Escritora francesa.
Frases célebres
Hay que escuchar a la cabeza, pero dejar hablar al corazón.
Exageráis la hipocresía de los hombres. La mayoría piensa demasiado poco para permitirse el lujo de poder pensar doble.
Nuestro gran error es intentar obtener de cada uno en particular las virtudes que no tiene, y desdeñar el cultivo de las que posee.
¿Quién sería lo bastante insensato para morir sin haber dado al menos la vuelta a su cárcel?
El amor y la locura son los motores que hacen andar la vida.
El descuido es un sucedáneo de la mentira.
Tener razón demasiado pronto es lo mismo que equivocarse.
A veces hace falta un ramalazo de locura para construir un destino.
La amistad es, ante todo certidumbre, y eso es lo que la diferencia del amor.
Era muy joven para sospechar que la existencia no está hecha de impulsos súbitos y de constancia obstinada, sino de compromisos y de olvidos.
De todos nuestros juegos, el amor es el único que amenaza trastornar el alma, y el único donde el jugador se abandona por fuerza al delirio del cuerpo.
Pocos hombres aman durante mucho tiempo los viajes, esa ruptura perpetua de los hábitos, esa continua conmoción de todos los prejuicios.
Dudo de que toda la filosofía de este mundo consiga suprimir la esclavitud; a lo sumo le cambiarán el nombre.
Sabía que tanto el bien como el mal son cosas rutinarias, que lo temporal se prolonga, que lo interior se filtra al exterior y que a la larga la máscara se convierte en rostro.