Noel Clarasó
(1899-1985) Escritor español.
Frases célebres
El hombre y la mujer han nacido para amarse, pero no para vivir juntos. Los amantes célebres de la historia vivieron siempre separados.
Cuando se habla de estar enamorado como un loco se exagera; en general, se está enamorado como un tonto.
El mejor modo de resolver una dificultad es no tratar de soslayarla.
Lanza primero tu corazón y tu caballo saltará el obstáculo. Muchos desfallecen ante el obstáculo. Son los que no han lanzado primero el corazón.
En cada amanecer hay un vivo poema de esperanza, y, al acostarnos, pensemos que amanecerá.
Sólo un buen amigo es capaz de comprender que su presencia puede llegar a molestarnos.
No importa que las mujeres nos fastidien; lo que no soportamos es que nos fastidie siempre la misma.
Los humoristas y los filósofos dicen muchas tonterías, pero los filósofos son más ingenuos y las dicen sin querer.
Todos los hombres tienen una mujer en el pensamiento; los casados, además, tienen otra en casa.
A veces más vale callar y pasar por tonto, que abrir la boca y demostrarlo.
El amor es el único deporte que no se interrumpe por falta de luz.
El hombre se dedica a desear en voz alta aquello que jamás se esfuerza en alcanzar.
El amor es ciego, pero los vecinos no.
Ante una lista de candidatos se piensa que, felizmente, sólo puede ser elegido uno.
Cita siempre los errores propios antes de referirte a los ajenos. Así nunca parecerá que presumes.
Indudablemente la época más feliz del matrimonio es la luna de miel; lo malo es que para repetirla, han de suceder cosas muy desagradables.
El amor tiene dos momentos deliciosos: el primero y el último; lo malo es el tiempo que transcurre entre ellos.
No pierdas tan bellas ocasiones de callar, como a diario te ofrecerá la vida.
El cuerpo, si se le trata bien, puede durar toda la vida.
Es un error creer que uno está rodeado de tontos, aunque sea verdad.
Viajar sólo sirve para amar más nuestro rincón natal.
Ningún tonto se queja de serlo; no les debe ir tan mal.
Las grandes ideas son aquellas de las que lo único que nos sorprende es que no se nos hayan ocurrido antes.
Hemos de saber anticiparnos a encontrar lo cómico que haya en nosotros. Así podremos evitar que otros se burlen de nuestra escasa perfección.