Frases sobre el amor

Aunque los amantes se pierdan el amor no se perderá.

Dylan Thomas (1914-1953) Poeta, escritor de cuentos y dramaturgo británico.
Amor

Cuando perdemos a alguien a quien amamos, nuestras lágrimas amargas se suscitan por el recuerdo de las horas en las que no amamos lo suficiente.

Repentinamente comprendió que el amor era ese momento en el que el corazón quiere salirse del pecho.

Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos...

Me he dado cuenta de que estar con los que uno quiere es suficiente.

Entre todas las formas de cautela, la cautela en el amor es, posiblemente, la más letal para la auténtica felicidad.

El amor no vive mucho tiempo de dulces miradas y de cartas de amor.

El amor es la llave maestra que abre las puertas de la felicidad, del odio, de los celos, y, sobre todo, la puerta del miedo.

La oscuridad no puede sacarnos de la oscuridad. Solo la luz puede hacerlo. El odio no puede sacarnos del odio. Solo el amor puede hacerlo.

En amor, quien duda acusa.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Cuando se amaba a alguien, se le amaba por él mismo, y si no había nada más que darle, siempre se le podía dar amor.

No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor.

En la vida de las personas hay grandes misterios y el amor es uno de los más inaccesibles.

Señor, el amor jamás espera a la razón.

El amor consiste en dos soledades que se protegen, limitan y procuran hacerse mutuamente felices.

El único cemento sólido para unir a los hombres es el amor.

Bajo su caparazón de cobardía, el hombre aspira a la bondad y quiere ser amado. Si toma el camino del vicio, es que ha creído tomar un atajo que le conduciría al amor.

¿Qué quieres? El amor pide calle, pide viento, no sabe morir en la soledad.

Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte como la mano izquierda enamorada de ese guante que vive en la derecha.

Y yo te quiero así: mía, pero tuya al mismo tiempo.

No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti.

Fatiga alguna vez el amor, mas nunca mata.

En amor, sólo el principio es maravilloso. Por eso encontramos tanto placer en volver a comenzar de nuevo.