Frases sobre la adversidad
Los golpes de la adversidad son muy amargos, pero nunca son estériles.
La sabiduría es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad.
En cuanto a la adversidad, difícilmente la soportarías si no tuvieras un amigo que sufriese por ti más que tu mismo.
No es bueno que todo suceda como deseamos. Cuando todo nos sonríe en el mundo, nos apegamos a éste muy fácilmente y el encanto es muy fuerte. Por eso, y porque Dios nos ama, no permite que durmamos mucho y muy cómodamente en este lugar de destierro.
Probamos el oro en el fuego, distinguimos a nuestros amigos en la adversidad.
No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba.
El mayor espectáculo es un hombre esforzado luchando contra la adversidad; pero hay otro aún más grande: ver a otro hombre lanzarse en su ayuda.
A los hombres fuertes les pasa lo que a los barriletes; se elevan cuando es mayor el viento que se opone a su ascenso.
En la adversidad conviene muchas veces tomar un camino atrevido.
Los más insolentes en la prosperidad son en la adversidad los más débiles y cobardes; doblan la cerviz en faltándoles la autoridad, y se les ve tan abatidos como se les conoció soberbios; en un momento pasan de un extremo a otro.
En las adversidades sale a la luz la virtud.
La adversidad es ocasión de virtud.
La cometa se eleva más alto en contra del viento, no a su favor.
Las cosas muertas pueden ser arrastradas por la corriente, sólo algo vivo puede ir contracorriente
Fatigas, pero no tantas,
que a fuerza de muchos golpes
hasta el hierro se quebranta.
Las fronteras no son el este o el oeste, el norte o el sur, sino allí donde el hombre se enfrenta a un hecho.
Convierte tu muro en un peldaño.
Los más insolentes en la prosperidad son en la adversidad los más temerosos.
La adversidad es nuestra madre; la prosperidad sólo es nuestra madrastra.
Rendirse ante la adversidad es mostrarse de su parte.
Nada hay más admirable y heroico, que sacar valor del seno mismo de las desgracias, y revivir con cada golpe que debiera darnos muerte.
En los contratiempos, sobre todo, es en donde conocemos todos nuestros recursos, para hacer uso de ellos.