George Bernard Shaw

(1856-1950) Escritor irlandés.

Frases célebres

El primer amor es una pequeña locura y una gran curiosidad.

Ves cosas y dices,"¿Por qué?" Pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo, "¿Por qué no?".

Cuando un hombre estúpido hace algo que le avergüenza, siempre dice que cumple con su deber.

La humanidad se cansa pronto de todo, sobre todo de lo que más disfruta.

No hay beso que no sea principio de despedida; incluso el de llegada.

Siempre hay alguien que besa y otro que se limita a permitir el beso.

No hay amor más sincero que el amor a la comida.

El odio es la venganza de un cobarde intimidado.

El hombre que escucha la razón está perdido. La razón esclaviza a todos los que no son bastante fuertes para dominarla.

Dichoso es aquel que mantiene una profesión que coincide con su afición.

Sólo triunfa en el mundo quien se levanta y busca a las circunstancias y las crea si no las encuentra.

Los espejos se emplean para verse la cara; el arte para verse el alma.

Dad al hombre salud y metas a alcanzar y no se detendrá a pensar sobre si es o no feliz.

La estadística es una ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno.

La democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos.

La libertad supone responsabilidad. Por eso la mayor parte de los hombres la temen tanto.

Cuando Dios creó el Mundo vio que era bueno. ¿Qué dirá ahora?

Cuando un hombre quiere matar a un tigre, lo llama deporte; cuando es el tigre quien quiere matarle a él, lo llama ferocidad.

Un chisme es como una avispa; si no puedes matarla al primer golpe, mejor no te metas con ella.

La volubilidad de la mujer a quien amo es sólo comparable a la infernal constancia de las mujeres que me aman.

El hogar es la prisión de la soltera y el hospicio de la casada.

El Cristianismo podría ser bueno, si alguien intentara practicarlo.

No tenemos más derecho a consumir felicidad sin producirla, que a consumir riqueza sin producirla.

El sufrimiento más intolerable es el que produce la prolongación del placer más intenso.