Thomas Carlyle
(1795-1881) Historiador, pensador y ensayista inglés.
Frases célebres
Puede ser un héroe lo mismo el que triunfa que el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate.
De nada sirve al hombre lamentarse de los tiempos en que vive. Lo único bueno que puede hacer es intentar mejorarlos.
Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos.
Un gran hombre demuestra su grandeza por el modo en que trata a los que son o tienen menos que él.
La verdadera universidad de hoy en día es una colección de libros.
A menudo los grandes son desconocidos o peor, mal conocidos.
Con números se puede demostrar cualquier cosa.
Nada levanta tanto al hombre por encima de las mezquindades de la vida como admirar, sea lo que sea o a quienquiera que sea.
El silencio es el elemento en el que se forman todas las cosas grandes.
Los libros son amigos que nunca decepcionan.
La educación y la cortesía abren todas las puertas.
Aquel que tiene fe no está nunca solo.
Siempre hay un lugar en las cumbres para el hombre valiente y esforzado.
Puede considerarse bienaventurado y no pedir mayor felicidad el hombre que ha encontrado su trabajo.
Sólo en un mundo de hombres sinceros es posible la unión.
El periodismo es grande. Cada periodista ¿no es un regulador del mundo, si lo persuade?
Una vez despertado el pensamiento no vuelve a dormitar.
El que no pueda guardar sus pensamientos, jamás sabrá analizar grandes cosas.
El presente es la viviente suma total del pasado.
Hablar es el arte de sofocar e interrumpir el pensamiento.
La contemplación es un lujo, mientras que la acción es una necesidad.
La verdadera nobleza consiste en saber valerosamente sufrir por los demás y no permitir que los demás sufran por nosotros.
Nunca debe el hombre lamentarse de los tiempos en que vive, pues esto no le servirá de nada. En cambio, en su poder está siempre mejorarlos.
Para disipar una duda, cualquiera que sea, se necesita una acción.