Refranes

Si da el cántaro en la piedra, o la piedra en el cántaro, mal para el cántaro.

A mal tiempo, buena cara.

Bueno es que haya ratones, para que no se sepa quien se come el queso.

Al buen callar llaman Sancho.

De desagradecidos está el infierno lleno.

Donde menos se piensa, salta la liebre.

El muerto al hoyo y el vivo al bollo.

Ningún hombre honesto se hace rico en un momento.

Juan Palomo: yo me lo guiso y yo me lo como.

Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena.

No con quien naces, sino con quien paces.

No hay que vender la piel del oso antes de haberlo matado.

Por dinero baila el perro, y por pan, si se lo dan.

A buen hambre no hay pan duro.

Un grano no hace granero, pero ayuda a su compañero.

Al buen pagador no le duelen prendas.

De tales bodas, tales costras.

La caridad bien entendida empieza por uno mismo.

Lo mejor es enemigo de lo bueno

Ira de hermanos, ira de diablos.

No se puede repicar y andar en la procesión.

Nobleza obliga.

Quien mucho abarca, poco aprieta.

Quien mucho se baja, el culo enseña.