Robert Louis Stevenson
(1850-1894) Escritor británico.
Frases célebres
No pido riquezas, ni esperanzas, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es el cielo sobre mí y un camino a mis pies.
De cualquier forma los celos son en realidad una consecuencia del amor: os guste o no, existen.
Las mentiras más crueles son dichas en silencio.
Un amigo es una imagen que tienes de ti mismo.
Yo no viajo para ir a alguna parte, sino por ir. Por el hecho de viajar. La cuestión es moverse.
Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir.
Sexo: lo que sucede en diez minutos es algo que excede a todo el vocabulario de Shakespeare.
El matrimonio es como la vida real; un campo de batalla y no un lecho de rosas.
No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices.
Mi memoria es magnífica para olvidar.
La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación
Ser lo que somos y convertirnos en lo que somos capaces de ser es la única finalidad de la vida.
Lo importante no es llegar sino ir.
Algo debe haber hecho mal o no sería tan famoso.
Vale más vivir y morir de una vez, que no languidecer cada día en nuestra habitación bajo el pretexto de preservarnos.
Toda palabra dicha o escrita es lenguaje muerto.
El precio que tenemos que pagar por el dinero se paga en libertad.
Todos los seres humanos están hechos a base de bien y mal.
Odio al cinismo más que al diablo, a menos que ambos sean la misma cosa.
Es quizás más afortunado disfrutar coleccionando caracolas que el haber nacido millonario.
No juzgues cada día por la cosecha que recoges, sino por las semillas que plantas.
Todos somos viajeros en el desierto de este mundo, y lo mejor que podemos encontrar en nuestros viajes es un amigo honesto.
Nuestra finalidad en la vida no es tener éxito, sino continuar fracasando con el espíritu en alto.
Siempre llevo dos libros en el bolsillo, uno para leer y otro para escribir en él.